Te has pasado el embarazo viendo videos de cómo portear, te has comprado un portabebés precioso. Ansías el momento del porteo con muchas ganas, tienes toda la información en la mano y estás convencida de lo que vas a hacer. Te has imaginado en tu mente con un bebé dormidito en tu pecho, hasta lo has soñado. Estás tú, paseando con tu monete en brazos, es una imagen maravillosa y llega el momentazo…

Te lo colocas en el fular, crees que lo estás haciendo bien… aunque estás algo nerviosa y se desata la furia: ¡Tu pequeño empieza a llorar!. Empiezas a decir en voz alta: No le gusta, no le gusta y lo sacas de ahí tan rápido como puedes. Es oficial: A mi bebé no le gusta el porteo.

¿Te suena la historia? A nosotras también, lo vemos muchas veces, conocemos la reacción casi a la perfección. Pero, Keep Calm, sabemos lo que pasa y sobretodo por qué pasa, por eso hoy te acercamos soluciones para que entiendas por qué a tu monete ‘no le gusta’ el porteo y qué puedes hacer tú para que le termine gustando:

1. Los nervios del directo: Aunque lo hayas hecho muchas veces, aunque hayas hecho cursos, aunque hayas visto tutoriales… no es lo mismo contarlo que vivirlo. No es lo mismo tu bebé real que ese muñeco salao que tenemos en Monetes. No tienes mucha agilidad cogiéndolo, y no nos engañemos, estás algo nerviosa por poner a tu tesoro más preciado ahí dentro. Pero… alguien sabe más que tu que estás nerviosa: Tu hijo te conoce más de lo que crees. Lleva 9 meses viviendo en tu interior, conoce a la perfección cómo te sientes. Y está oliendo que su mamá está nerviosa y que algo raro va a pasar. Así que, lo más normal del mundo es que nos transmitamos los nervios. Por eso lo más recomendable en esta primera toma de contacto es estar lo más relajada posible y que sea un momento en el que el peque esté también el máximo de relajado posible. Confía en ti y confía en tu bebé, estás aprendiendo y lo harás genial!

2. Momento equivocado: Tendemos a pensar que el porteo puede ser la solución a todos los males para con nuestro bebé. Pero si el pequeño está enfadado a veces no es lo más recomendable intentar portear en ese momento. Elige momentos en los que el peque esté satisfecho, haya comido, esté limpio y no esté nada enfadado. Con la experiencia serás capaz de colocarle aunque esté enfadado en momentos en que sabes que el enfado es por sueño o cansancio y conseguirá relajarse, pero para empezar busca esos momentos ‘Zen’ del día 😉

3. La prisa es tu enemiga: Ya lo dicen «Vístete despacio si tienes prisa» Pues con el porteo pasa exactamente lo mismo. Si tienes prisa por irte a alguna parte con tu bebé porteado y no está demasiado acostumbrado a esta actividad. Mejor inténtalo en otro momento.

4. «Creo que se agobia» Otra afirmación que oímos frecuentemente. Puede pasar, no es imposible que nuestro fular esté demasiado apretado y el bebé se sienta aprisionado, pero no es lo habitual. Podemos solucionarlo tensando con menos fuerza y volver a intentar colocarlo en nuestro portabebé. Aunque dicho sea de paso, a los bebés les gusta (o les suele gustar) mucho sentirse apretaditos. Piénsalo: En tu barriga estaba muy apretado y no parecía importarle. No conocen otra cosa, les gusta estar acurrucados. Por eso el porteo les gusta tanto. En esta entrada sobre Porteo Seguro te indicamos cuál es la tensión adecuada del portabebé para ir seguros y cómodos.

5. Portabebé no adecuado Como sabes, hay un portabebé para cada familia no es lo mismo una mochila, que un fular o una bandolera. Y es habitual que a nuestro monete no le guste el porteo porque quizás estamos utilizando un portabebé que no es el adecuado para ti o para él. Utilizar una mochila, o cualquier otro portabebé, (cuando aún no es recomendable) puede ser bastante molesto para tu pequeño.  Te recordamos esta entrada donde podrás averiguar qué portabebé elegir según tus necesidades.

6. Antes le gustaba pero ahora ya no… Otra afirmación que oímos con mucha frecuencia. Puede ser que tu bebé ya esté listo para «Ver» mundo. Esta situación suele darse sobretodo en torno a los 3/4 meses cuando ya sujetan (o empiezan a sujetar) la cabecita y quieren cotillear todo lo que pasa a su alrededor. ¿Cómo solucionarlo? Normalmente esta situación se resuelve cambiando de postura al bebé. Quizás ya va siendo hora de intentar el porteo a la cadera o a la espalda para que tu pequeño tenga mayor visibilidad.

7. Ya no le interesa… Esta situación se da sobretodo en pequeños exploradores que han iniciado la época del gateo. Se lo pasa pipa descubriendo  cosas a cuatro patas (como cualquier monete que se precie) y pide ir al suelo en cuanto lo pones en el portabebé. A esta fase sobretodo la llamamos «huelga de porteo» Tranquilos, tan pronto como viene, se va. Y es casi seguro que en menos que canta un gallo te pida bracitos como antaño.

8. Empezar demasiado tarde A las mamás se nos pasa el tiempo volando. No te has dado ni cuenta y entre el parto, la vuelta a casa, las visitas al pediatra y los miles de papeles por entregar tras el nacimiento de tu bebé, se te ha pasado un mes (o dos) en un abrir y cerrar de ojos. Cuando por fin decides que quieres portear, tu bebé no parece responder como esperabas: arquea su espalda hacia atrás intentando demostrarte que aquello que quieres hacer no le gusta nada de nada. Para este caso en concreto te proponemos paseos cortos. Nada de quedarse en casa. Te pones al bebé y sales de casa sin mirar atrás (que ya te conoce mucho) ;). Tienes que ir andando a un  buen ritmo, no vale ir mirándose en los espejos de los coches (que nos conocemos). En 3 o 4 paseos, estará solucionado.

9. Libertad, libertad. Vemos en muchas consultas relacionadas con el título de este post en los que, lo que ocurre, es que, debido a que el bebé todavía no tiene sujeción cervical total le intentamos dar sujeción con el portabebé cubriéndole la cabeza. Error. El bebé entra en cólera y quiere libertad, también puede ocurrir cuando tiene un pequeño despertar y quiere cambiar de lado, se enfada si nota que su cabeza está muy sujeta. En estos casos siempre recomendamos que se deje la cabeza del bebé libre mientras está despierto (o se lo apartemos cuando vemos que se despierta y quiere cambiar de posición) y siempre teniendo en cuenta el momento de desarrollo de nuestro bebé, si todavía no tiene sujeción cervical total y nosotros estamos en movimiento nuestra mano tendrá que dar la sujeción que el bebé no quiere que le de el portabebé en ese momento. Incluso los bebés muy pequeños (1 mes o menos) suelen protestar en estos casos, así que hay que adaptar el porteo con lo que necesita el bebé (sujeción cervical) y lo que quiere él (libertad) 😉

Y ya para terminar, nuestro truco del «almendruco» , que ya hemos comentado de refilón anteriormente:

10. Que te de el aire. Deberás salir de casa, de verdad. Literalmente salir de casa. Te pones al bebé y te vas. Intenta no pensar en nada, respira y pon la mente en blanco y empieza a andar con paso decidido. Es una solución que puede parecer tonta pero la mayoría de mamás a las que hemos preguntado, no habían salido fuera de casa. Es casi infalible, salir de casa y el bebé se calma o se queda frito.

¿Sigue sin ‘gustarle’ el porteo?

En este caso una asesoría de porteo puede ayudarte, aquí hemos resumido las situaciones más habituales por los que a veces parece que ‘no les gusta’ pero puede haber otros motivos y para ello, si después de probar estas pautas no te han funcionado, necesitamos conocer tu caso individual en detalle para poder detectar qué ocurre.

¡Disfrutad del porteo!