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¿Yoga e infancia? ¿Es eso posible? ¡Claro que sí! A lo mejor, cuando piensas en el Yoga, te viene a la cabeza una actividad muy relajada y mística, que requiere concentración y consciencia. Lo cierto es que, en parte, es así. Puede que pienses que tu monete es demasiado movido para una actividad cómo esa. Déjame que te cuente qué beneficios puede aportar el Yoga a tu familia, incluso cuando el peque es muy inquieto.
La palabra Yoga significa unión en sánscrito. Su práctica, supone mejorar la conexión con uno mismo y nuestro entorno. En el caso de los niños, puede ayudar a tener más consciencia corporal  y emocional.

En Yoga se conecta con las emociones a través del trabajo corporal.

Las diferentes posturas llevan al niño a concentrarse en su cuerpo, a sentirlo, a tener que observar y ser consciente de su propio movimiento. Esto agudiza y disocia todos los sentidos y enfoca la mente, acercándose a un ejercicio de meditación, en el que se aíslan otros estímulos que pueden estar detrás de la agitación de un niño.

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Imagen con derechos de uso. Propiedad de ‘Maternayoga’

El Yoga, al contrario que otras actividades deportivas, no es una acción competitiva. Todo lo contrario. En realidad te ayudar a conectar con las personas de tu entorno. Por eso, es interesante que padres y madres practiquen Yoga con sus hijos y que esta disciplina llegue a los colegios.

Desde Monetes queremos ponértelo fácil. Te proponemos introducir la práctica del Yoga en tu familia través de los siguientes recursos:

Una actividad: Yoga en Familia con Vito

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Imagen con derechos de uso. Propiedad de ‘Maternayoga’

Victoria Maganto, de Materna Yoga, da clases de Yoga en Familia todos los martes a las 6 de la tarde en Monetes. Es una actividad para niños de entre 4 y 6 años, acompañados de su padre o su madre.

Para Vito, lo más importante es que sus clases sean divertidas. Son muy dinámicas y en ellas se cambia de actividad muy a menudo para atender las necesidades de movimiento y expresión de los niños. Las clases comienzan con saludos al sol a través de canciones y bailes. Después, mediante diferentes juegos, llegan las asanas, las posturas de Yoga que tan bien se les da a los niños gracias a su flexibilidad. También se hacen ejercicios de respiraciones y concentración, por ejemplo, con mandalas.

Vito ofrece un espacio en el que los niños se sienten seguros y pertenecientes a un grupo en el que son respetados y valorados. Además, presenta ejercicios que ayudan a conectar a padres e hijos. Puede que en el día a día nos cueste poner consciencia en la conexión con nuestros monetes; gracias al Yoga, podemos tener un tiempo en el que lo único que importa es ese juego que nos hace comunicarnos cuerpo a cuerpo. Nos ayudamos a conseguir la postura, equilibramos nuestras fuerzas, acompasamos nuestra respiración…

Un juego: Eduyoga

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Es mucho más que un juego. Eduyoga presenta 27 cartas, entre las que encontramos 20 posturas de Yoga que podemos usar de muchas maneras, desde imitar simplemente las asanas, hasta contar una historia con ellas, pasando por memorizarlas, ponerles nombre, adivinar cuál es la que está haciendo el compañero…
En todas las cartas encontramos información de cómo se hace esa postura y en qué nos beneficia
Además, propone 4 ejercicios de respiración y 2 cuentos que os invitarán reflexionar.
Dos libros:Om’ y ‘Tranquilos y atentos como una rana

En el apartado de lecturas, tenemos dos propuestas que hacerte. En primer lugar, el cuento ‘Om’, en el que un niño con ese mismo nombre nos irá mostrando las posturas de Yoga que sabe hacer y que tanto se parecen a animales de la naturaleza o, incluso, criaturas fantásticas. ¿Os atrevéis a hacer las mismas posturas que Om?

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El libro ‘Tranquilos y atentos como una rana’ es una lectura para adultos. Si ya habéis introducido el Yoga en la familia, pensamos que este libro os puede ayudar a perfeccionar el arte de la meditación. La autora, Eline Slen, propone una serie de historias y ejercicios para practicar con niños de 5 a 12 años, basándose en los principios de mindfulnes. Son prácticas pensadas para ayudar a bajar revoluciones, a concentrarse mejor e, incluso, a conciliar el sueño.
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¿Qué te parece? ¿Te pica la curiosidad? ¿Sigues pensando que esta actividad no es para tu Monete? ¡Te invitamos a hacer la prueba!