Colaboración con la Revista Nana. Artículo originalmente publicado el 16/02/2016. Puedes consultar la primera parte de este artículo en este post.

Para poder hablar de porteo ergonómico también tenemos que tener presente la ergonomía del portabebé para el adulto que portea.

Primero, habrá que valorar si hay alguna característica especial a tener en cuenta, por ejemplo haber tenido una cesárea o padecer algún problema de espalda, rodillas, etc. Si así sucede, se requerirá una búsqueda del portabebé que sea más adecuado para minimizar el impacto sobre el cuerpo de ese adulto y/o incluso mejorar la condición física del mismo, siendo el portabebé el que se adapte a esa característica particular y no a la inversa. En el caso de padecer alguna dolencia recomendamos consultar con su especialista médico.

Como norma general, sin tener en cuenta la singularidad de cada caso, el portabebé deberá ofrecer:

• La posibilidad de regular la altura a la que llevamos nuestro bebé para poder colocarle a la altura en la que nuestro centro de gravedad no se vea desplazado.

• A partir de 6 meses, la opción de portear a la espalda debe valorarse para un mejor reparto del peso.

• Un ajuste adecuado que permita adaptarse al cuerpo del adulto para poder conseguir la tensión necesaria y no desplazar el centro de gravedad.

• Una tensión adecuada. El tejido del portabebé debe estar bien tensado, evitando el rebote que puede dar un portabebé mal ajustado y/o un tejido no adecuado para el peso de nuestro bebé.

Al colocarnos el portabebé es importante también tomar conciencia postural, corregir nuestra posición para que la tensión del portabebé y el peso del bebé favorezca la alineación de nuestra columna y no al contrario.

Porteo no ergonómico

Los portabebés no ergonómicos pueden ir con indicaciones comerciales sobre su ergonomía debido a que no hay una normativa que regule la utilización de este concepto, por lo que se requieren de algunas indicaciones para poder determinar si es o no ergonómico.

Un portabebé no será ergonómico cuando tenga una o varias de estas características:

No son adaptables al tamaño del bebé.

No llegan de rodilla a rodilla, recayendo el peso del bebé en su zona genital.

• No permiten una correcta sujeción de la cabeza del bebé.

• El respaldo es rígido. No permite que se adapte a la fisiología del bebé debido a su tejido y acolchados.

No permite la tensión necesaria para dar la sujeción óptima. Al agacharnos el bebé se separa de nuestro cuerpo.

Es importante tener en cuenta que un portabebé puede ser ergonómico para una etapa concreta del desarrollo pero no para etapas anteriores y/o posteriores, y también que el uso incorrecto de un portabebé ergonómico puede hacer que éste deje de serlo. Asegúrate de utilizarlo de manera adecuada.

Porteo seguro

porteoSeguroWeb

Siguiendo unas sencillas pautas podrás comprobar si estás porteando de forma segura y ergonómica, tanto para el bebé como para el porteador.

• La altura adecuada a la que tenemos que llevar a nuestro bebé es ‘a la altura de los besos’. Debes poder besarle su cabeza pero sin darle con la barbilla cuando mueves la cabeza.

• Las vías respiratorias del bebé siempre son visibles para el porteador, podemos verle, bajando la cabeza, rápidamente la nariz y la boca despejadas. La barbilla del bebé no está tocando su propio pecho, en caso contrario comprometería la correcta oxigenación. Si las vías respiratorias son visibles para el porteador es un indicativo de que la barbilla del bebé está separada del pecho, asegurando una correcta saturación de oxígeno.

• La pelvis del bebé está correctamente basculada, apoyando en el cuerpo del porteador su periné y no la zona del pubis.

• La espalda está redondeada, formando la característica ‘C’.

• Las rodillas quedan más altas que el culo, formando una ‘M’.

• La tensión del portabebé permite mantener toda la posición de forma correcta. Si el portabebé no tiene una tensión correcta no se mantendrá la posición ergonómica y de porteo seguro. El punto de tensión tiene que ser el que permite ir muy pegaditos,  sin oprimir. Una forma de comprobarlo es pasando la mano entre el cuerpo del bebé y el portabebé, la presión debería ser similar a la de un calcetín que queda ajustado. Otra forma de comprobar esa tensión es agachándote hacia adelante sin sujetar el cuerpo del bebé, no debería separarse de tu cuerpo.

• Cuando el porteador, debido al tamaño del bebé, ve su campo de visión reducido es recomendable considerar la opción de portear en la espalda, por seguridad y para conseguir un mejor reparto del peso.

No de cara al mundo. Siempre debe portearse al bebé de cara al porteador, evitando la posición mirando hacia afuera que no es ergonómica para el bebé ni para el porteador.

Consulta con una asesora de porteo para encontrar la mejor opción para ti o si tienes dudas en el uso de tu portabebé.

Colaboración con la Revista Nana. Artículo originalmente publicado el 16/02/2016. Puedes consultar la primera parte de este artículo en este post.

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